No fueron las inundaciones en Sta. Catarina las que me pararon; al fin y al cabo, habÃa pasado ya tiempo, pese a que éstas hubiesen provocado más de 90 muertos. Fue la burocracia brasileña, o más bien la ineptitud de poner el servicio de inmigración a 22 kilómetros (en Sta. Vitória) de la aduana (a 2 Km. de Chuy). Imagino que servicios como EGA ofrecen una solución para esos problemas burocráticos. Pero su agencia ya estaba cerrada (y el dÃa anterior no me advertieron de estos matices), y desde el rodoviario, ya anocheciendo, me lo ponÃan muy difÃcil. No podÃa pasar la aduana con mochilas, y, aun asÃ, estaba a 22 Km. de complementar la burocracia necesaria. Si hubiera tenido DNI uruguayo… ni siquera el mercosur.
Me quemé. Harto, chato. Sé que podrÃa haber esperado y haber solucionado esos temas al dÃa siguiente, pero mi paciencia era escasa. Mucho. Asà que tomé el bus a Montevideo. Ya improvisarÃa.
Es una pena, me gustarÃa haber hecho posts como ‘Em pelotas en Pelotas’, o ‘Floriapo, ¿cómo te ves?’. Pero me planteé ir en los económicos buses argentinos, y no aguantar las porquerÃas de esta frontera.
Chuy, por segunda vez, me pareció bastante asqueroso, con niñatos estúpidos (el de la gorrita que me daba la brasa, el que amenaza con pegar mañana a su madre si hoy no recibÃa su regalo, los del regetón, etcétera) que no desearÃa ver armados, y puro comercio bananero.