Andando por la frontera entre Ciudad Real y Albacete, topé con un personaje inundado de carencias afectivas, afectado por la desolación de tres otoños. Tres otoños llevaba anclado en su columpio, donde alguna vez habÃa sido feliz, o eso querÃa recordar. Ya sólo tenÃa su soledad y sus paranoias esquizoides…
 El tarao
|