 El ocaso onÃrico
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Si, según alguna vez he escuchado, cuando mueres en un sueño, mueres en la realidad, debo, sin duda, estar muerto.
Por ahogamiento, después de lanzarse al agua en un puerto (de Mangalore, por ejemplo) bajo los efectos del alcohol y en una semiinconsciencia cercana al sueño. Sueño vÃvido; vivido en primera persona, los personajes que antecedÃan a la negrura eran proyecciones distorsionadas de los asistentes a la despedida de soltero. Y es que esta debe haber tenido consecuencias nefastas en mi cordura.
No hace falta tener un doctorado en psicologÃa con una tesis sobre Freud para empezar a sacar conclusiones…